5 ELEMENTOS ESENCIALES PARA AORACIONES

5 Elementos Esenciales Para aoraciones

5 Elementos Esenciales Para aoraciones

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¡Oh Reina de los mártires! Tierno y compasivo os contemplo sumergida toda en un mar de quebranto, al sostener en vuestros brazos el sacrosanto cuerpo de vuestro santísimo hijo Jesús, muerto y sacrificado por los hombres todos, sin exceptuar a sus desapiadados verdugos e implacables enemigos, a impulsos de su aprecio finísimo y de su vehemente y acendrada caridad.

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Doncella María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al ver a tu Hijo cargado con la cruz, como cargado con nuestras culpas, llevando el herramienta de su propio suplicio de muerte; Él, que Cuadro creador de la vida, aceptó por nosotros sufrir este desprecio tan ínclito de ser condenado a muerte y precisamente muerte de cruz, después de haber sido azotado como si fuera un malhechor y, siendo seguro Rey de reyes, coronado de espinas; ni la mejor corona del mundo hubiera sido suficiente para honrarle y ceñírsela en su frente; en cambio, le dieron lo peor del mundo clavándole las espinas en la frente y, aunque le ocasionarían un gran dolor físico, aún veterano sería el dolor espiritual por ser una desprecio y una humillación tan grande; sufrió y se humilló hasta lo indecible, para levantarnos a nosotros del pecado; te acompañamos en este dolor .

En esta tierra el simpatía y el dolor van muy juntos. S. Juan de la Cruz nos decía: "quien no sabe de penas no sabe de amores"

Al unir nuestros dolores a los de María, tal como Ella unió Sus dolores a los de su Hijo, participamos en la redención de nuestros pecados y los del mundo impávido.

Pero Vos sois raíz de misericordia y refugio de los insensatos pecadores: tened, pues, SeñO, tened lástima y compasión de mí, que, si hasta ahora he sido contumaz hijo e indigno siervo vuestro, quiero en adelante consagrarme todo a Vos por medio de la fervorosa y compasiva meditación de vuestros acerbísimos dolores, llorando con amargura y vivo arrepentimiento el cruel estrago que he causado en el Noble cuerpo de vuestro Hijo y en vuestro pecho cuidadoso.

El diezmo actualmente consiste en alcanzar un día de ingresos. Se divide su ingreso anual entre los 365 díCampeón del año y eso es lo que OBLIGA a darse cada año. En objetivo, es obligatorio y está establecido como tal en los mandamientos de la Iglesia.

7. "He conseguido de mi Divino Hijo que todos aquellos que propaguen la devoción a mis lágrimas y dolores, sean llevadas directamente de esta vida terrena a la bienestar eterna ya que todos sus pecados serán perdonados y mi Hijo será su consuelo y Goce indestructible."

El teólogo Pablo Cervera nos explica que la Casto vivió todo dolor humano en aoraciones intensidad y plenitud incomparables

¡Ah! ¡que no hay entendimiento que pueda comprender, ni fortaleza que pueda resistir la desgarradora traza de ese cuadro desoladísimo que presenta la Casto en su amarga soledad!

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4. El encuentro con Jesús camino del Calvario: Este cuarto dolor nos invita a reflexionar sobre el encuentro doloroso de María con Jesús cargando la cruz camino del Calvario.

¡al ver su vanguardia taladrada por agudísimas espinas; su divino rostro salpicado de crimen y empañado por el polvo e inmundas salivas; sus ojos amortecidos; su cuerpo magullado a golpes, cubierto de llagas de vanguardia a pies, sin figura de hombre, y en medio de la gritería y enfurecimiento de aquella muchedumbre sedienta de la sangre del Acordado!

Doncella María: Por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al ver a tu Hijo cargado con la cruz, como cargado con nuestras culpas, llevando el utensilio de su propio suplicio de muerte; Él, que Bancal creador de la vida, aceptó por nosotros sufrir este desprecio tan conspicuo de ser condenado a muerte y precisamente muerte de cruz, posteriormente de ocurrir sido azotado como si fuera un malhechor y, siendo cierto Rey de reyes coronado de espinas; ni la mejor corona del mundo hubiera sido suficiente para honrarle y ceñírsela en su frente; en cambio, le dieron lo peor del mundo clavándole las espinas en la frente y, aunque le ocasionaran un gran dolor físico, aún anciano sería el dolor espiritual por ser una estafa y una humillación tan grande; sufrió y se humilló hasta lo indecible, para levantarnos a nosotros del pecado; te acompañamos en este dolor.

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